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Filósofo y matemático francés, iniciador del racionalismo y de enorme influencia en el pensamiento europeo posterior al siglo XVII, tanto en los planteamientos racionalistas como en la Matemática, la Física y la Sociología.
Se inició con los Jesuitas del Colegio de La Flèche. Participó en las campañas militares de la guerra de los 30 años.
Nunca rompió con la doctrina cristiana, pero puso los temas religiosos fuera del terreno de la Filosofía. Por eso Dios, alma, vida eterna los propuso como cuestiones de fe no de argumentación filosófica. Fue el motivo por el que fue mirado con desconfianza por las autoridades religiosas, ya que las consecuencias para la autoridad eclesial o para la validez del dogma quedaban hábilmente soslayadas en sus planteamientos y publicaciones.
Su antropocentrismo racional, basado en el postulado incuestionable de la propia existencia, fue el eje de su pensamiento racionalista. Lo formuló con el "Pienso, luego existo" de su "Discurso del método", no siempre fácil de explicar: cogito, ergo sum, para unos; cogitans sum, para otros; "pienso, luego existo" o "en cuanto pienso, existo" para todos sus seguidores.
Este principio le llevó a matematizar la Filosofía y argumentar al modo de los teoremas geométricos y del rigor analítico del cálculo, con el fin de conseguir "la verdad clara y distinta", objetivo que se consigue mediante la metodología de sutileza reflexiva ("esprit de finesse").
La doble realidad del hombre (sustancia cogitans o pensante y sustancia re o extensa) le lleva a una visión dualista de la persona, en donde el alma sólo artificialmente se halla unida al cuerpo, lo que le aparta de la visión tomista en su tiempo dominante.
Sus obras filosóficas "Tratado de las pasiones del alma", "Meditaciones Filosóficas", "Principios de Filosofía" , además de sus portentosos escritos matemáticos, físicos y sociales cuya vigencia se mantiene en los siglos posteriores.
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